
Nada más sacarlo de la caja, la diferencia se hace notar. Aunque a simple vista el diseño apenas cambia respecto al Pro Controller original, basta con tenerlo en las manos para percibir un tacto más refinado. Ese acabado de “plástico suave” del que hablan muchos análisis no es marketing: se siente real y mejora la experiencia desde el primer uso. Es difícil de explicar sin sonar exagerado, pero realmente hay algo diferente en el
material que Nintendo ha usado esta vez. El Pro Controller original, que hasta hace poco me parecía cómodo, ahora se siente...
barato. Es curioso cómo funciona la
percepción: hasta que no tienes algo mejor en las manos, no te das cuenta de lo que te estabas perdiendo. La
ergonomía también ha mejorado notablemente; Nintendo dice que se inspiraron en el mando de
GameCube para el moldeado, y se nota perfectamente pues hay una familiaridad inmediata, como si el mando se adaptara a las manos sin esfuerzo. Una cosa que me ha llamado la atención es la ausencia de uniones visibles y
tornillos; el mando parece hecho de una sola pieza, lo que no solo mejora la
estética sino que también evita que se acumule suciedad en las juntas, algo que contrasta significativamente con otros mandos como el
DualSense o el de
Xbox Series, donde las separaciones entre piezas son evidentes.

Si hay algo que realmente marca la diferencia de forma espectacular, son los
sticks analógicos. Nintendo los llama
"smooth-gliding sticks" (sticks analógicos de deslizamiento suave) y la verdad es que el nombre les hace justicia. La sensación de control gradual es impresionante, especialmente viniendo de otros mandos donde los sticks parecen tener solo dos posiciones y esta mejora se nota especialmente en juegos como
Mario Kart World, donde la precisión es crucial, pero también facilita mucho jugar títulos de
Nintendo 64 (a través de su
Consola Virtual), ya que estos juegos fueron diseñados pensando en el
stick analógico original de N64, que tenía mucho más recorrido gradual. Pero lo que más me ha sorprendido es lo
silenciosos que son. Con otros mandos siempre se escucha ese roce de plástico contra plástico cuando mueves los sticks, pero aquí hay un silencio casi total. La diferencia es tan notable que volver a usar otros controles se siente como un paso atrás, especialmente cuando juegas durante sesiones largas donde la comodidad y la precisión son fundamentales.
El D-Pad era uno de mis mayores temores pq el D-Pad del Pro Controller original tenía fama de registrar movimientos erróneos, pero después de probarlo extensivamente, puedo confirmar que hay una mejora notable, pero desafortunadamente no es perfecto. En uso normal se comporta mucho mejor que su predecesor. La experiencia ha sido satisfactoria en general pero sin embargo, en situaciones extremas (en movimientos muy rápidos y bruscos) todavía puede registrar direcciones no deseadas, aunque con mucha menos frecuencia que antes. Es una mejora significativa, sí, pero Nintendo no ha conseguido solucionarlo completamente, lo cual es frustrante considerando que este sigue siendo el único punto débil de un mando, que por lo demás es excepcional.

Las nuevas funciones han resultado ser mucho más útiles de lo que inicialmente esperaba son los
botones traseros GL/GR, que al principio pensé que serían una chorrada más, han acabado siendo una de las características que más uso constantemente. La
configuración es sorprendentemente sencilla: mantienes el botón
Home, presionas GL o GR, y luego el botón que quieres asignar. Se guarda por juego, así que no tienes que estar reconfigurando constantemente, lo cual hace que la funcionalidad sea realmente práctica. El
jack de audio también ha resultado ser algo que puede parecer menor pero que en la práctica es muy útil. Al fin puedes usar
auriculares decentes mientras juegas en modo
dock, sin depender del
Bluetooth que introduce
latencia (aunque sea mínima) y además también funciona como entrada de
micrófono para el GameChat.
La nueva generación de vibración, HD Rumble 2, es notablemente más refinada que la original. En Mario Kart World cada superficie tiene una sensación diferente, y en Sonic Shadow Generations la diferencia entre rebotar en un muelle o en una cuerda es palpable. Está por ver qué juegos aprovechan realmente esta funcionalidad a largo plazo, pero las primeras impresiones son muy positivas y sugieren que Nintendo ha aprendido de la experiencia con el HD Rumble original. La batería mantiene las mismas 40 horas de duración que el modelo anterior, pero ahora se carga en 3.5 horas en lugar de las 6 horas del original, lo cual es un detalle que se agradece enormemente cuando se te olvida cargarlo. Los controles por movimiento también han mejorado significativamente. En Splatoon, el botón Y para recalibrar apenas hace falta usarlo, algo que en el Switch original era necesario hacer de forma demasiado regular.
Para ir terminando; el tema más peliagudo: el precio. A 90€ oficiales, es caro, muy caro para lo que ofrece comparado con la competencia directa. Pero a los 70€ que pagué, la ecuación cambia completamente. Es cierto que no tiene gatillos analógicos ni otras funciones premium que sí tienen mandos de gama alta de terceros, pero la integración perfecta con el ecosistema Nintendo y la calidad de construcción excepcional justifican la diferencia de precio.
Realmente no sabía que necesitaba un mando mejor hasta que lo tuve en las manos durante varias días de uso intensivo. La suavidad de los sticks, la mejora substancial en la ergonomía y funciones como los botones traseros han cambiado genuinamente mi forma de jugar y mi percepción de lo que debe ser un buen controlador. ¿Es esencial para disfrutar de Switch 2? Definitivamente no. Puedes seguir usando el Pro Controller original sin problemas y tendrás una experiencia perfectamente satisfactoria. Pero si aparece una buena oferta y tienes la oportunidad, es una actualización que realmente merece la pena.
Como suele pasar con Nintendo, han conseguido que algo que en papel parece una mejora menor, en la práctica suponga una diferencia notable y tangible en la experiencia diaria. El único punto negro sigue siendo ese D-Pad que, aunque mejorado significativamente, no termina de ser perfecto para todos los géneros de juego. Pero todo lo demás funciona tan extraordinariamente bien que casi se puede perdonar... Casi...
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