lunes, 18 de julio de 2011

Tetris y la vida...

Posiblemente uno de los motivos de éxito del juego Tetris se deba a su parecido con la vida. La gente que ha jugado al Tetris sabe que según avanza la partida, ésta muchas veces esta se convierte en un caos. Caos que puede ser representado como la vida diaria donde cada persona trata de ordenar todo. Es decir, tener un equilibrio y un orden en nuestra vida. De esta forma el Tetris, aparte de ser un juego fácilmente practicable por cualquier persona, se puede comparar con la vida:


  • En el Tetris, al igual que en la vida nos entregan los mismos materiales que a todos, es tarea de nosotros usarlos de la manera más benefactora, ordenarlos para formar más líneas horizontales y por lo tanto, ganar más puntos.

  • En el Tetris y en la vida no hay ganadores, nadie cuando termina la vida o el juego dice "lo logré", lo único que es posible hacer es ponerse una meta (2000 puntos, por ejemplo, o formar una familia) y tratar de superarlo. Siempre en el Tetris como en la vida lo podemos hacer mejor.

  • Esperar una pieza determinada es como esperar un milagro, que nos saliera la barra recta que anhelamos, pero no nos conviene ansiarla, ya que seguimos apilando las otras piezas a un costado y decimos "ahí viene", pero la barra recta no llega. Mejor es valerse y ocupar lo que tenemos y arreglárnoslas que con eso nada más.

  • Poco a poco la tensión aumenta. La rapidez con la que debes reaccionar es comparable con las responsabilidades que vamos adquiriendo con el pasar de los años, mantener un trabajo, una familia, entre otras cosas. La velocidad aumenta y llega un punto en el que somos incapaces de reaccionar a tal velocidad. De repente cometemos un error (giramos una vez más de lo que debíamos, no nos movimos a la izquierda lo suficientemente rápido, sea cual sea el error lo pagamos caro), y de pronto nos vemos inútiles para enmendar ese error, no sólo porque no nos sale la pieza adecuada, sino también por que no pensamos tan rápidos como deberíamos. Y un error conlleva a otro, y éste a otros. En ese momento hay sólo dos cosas que hacer, o bien sacar los dedos de los botones para ver como se amontonan las piezas hasta llegar a la cúspide (lo que se considera comparable con el suicidio) o tratar de movernos y pensar tan rápido como no sabíamos que podíamos hacerlo, seguir luchando hasta el final, aunque tal vez sea inútil, pero tenemos esa pseuda-satisfacción en el pecho de "no me rendí".

Si estuvieras interesado en conocer más sobre el Tetris te recomiendo que te pases por la página que la Wikipedia dedica al juego o incluso conocer la historia, de la mano de Discovery Channel,  en un vídeo de Youtube.

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