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miércoles, 13 de agosto de 2025

El bucle cerebral en clave de canción

Vas por la calle, en silencio, quizá con el café aún humeante o mirando el móvil a medias, y de repente se te cuela una melodía que no pediste: aparece, se agarra y vuelve una y otra vez, como una notificación que no puedes silenciar. Ese earworm (gusano de oído) se instala en la cabeza y empieza a girar como un disco rayado que nadie puso a sonar a propósito. Sin darte cuenta, tarareas el mismo fragmento, siempre el mismo, y te preguntas por qué tu mente decide ponerse en bucle justo ahora, sin pedir permiso. No te pasa solo a ti: hasta el 98 % de la población ha experimentado alguna vez este fenómeno que la literatura científica denomina imágenes musicales involuntarias (involuntary musical imagery). La mayoría de episodios son inofensivos y pasajeros, pero un porcentaje pequeño puede resultar molesto e incluso angustiante, tal y como se ha descrito en investigaciones publicadas en PLOS ONE y revisiones clínicas disponibles en PubMed Central. En esencia, hablamos de una forma espontánea de actividad mental donde memoria, emoción y expectativa se combinan para producir un bucle que se autoalimenta.

¿Por qué ciertas canciones prenden mejor que otras? No todo vale: los temas con estructura simple, tempo relativamente rápido y contornos melódicos cantarines se quedan con más facilidad. Un trabajo liderado por la musicóloga Kelly Jakubowski desmenuzó características de canciones “pegadizas” y observó patrones melódicos y rítmicos comunes asociados a earworms, reforzando esa intuición pop de que lo predecible con un toque de novedad engancha (American Psychological Association). De ahí que clásicos contemporáneos como “Bad Romance”, “Can’t Get You Out of My Head” o “Don’t Stop Believin’” aparezcan con frecuencia en listas de canciones que se nos quedan dentro; el propio término “no me la saco de la cabeza” se vuelve casi literal. Además, el efecto de mera exposición —escuchar algo con cierta frecuencia— aumenta la probabilidad de que brote después, incluso cuando ya no suena fuera (The Washington Post).

Lo que ocurre por dentro es igual o más interesante que la canción de turno. Imaginar música activa redes muy parecidas a las de escucharla de verdad: corteza auditiva y áreas sensorimotoras implicadas en el “canto interior”, un tipo de subvocalización que puede llegar a reclutar musculatura vocal de forma sutil. Hay evidencia de que la coordinación entre corteza auditiva y sistema motor sostiene esa imagen musical interna (Scientific Reports), y de que redes asociadas a cognición espontánea (como la red neuronal por defecto) participan en la emergencia y mantenimiento del bucle (Brain and Cognition). El resultado: un “replay” mental que no necesita altavoces, solo memoria, expectativas rítmicas y un poco de tiempo muerto.


Quiénes son más propensos y por qué. Las diferencias individuales importan: escuchar música con frecuencia, tener formación musical (aunque no siempre protege de los bucles) o ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, alta apertura a la experiencia) se han vinculado con una mayor propensión a experimentar earworms (Music & Science; revisión en Psychonomic Bulletin & Review). El estado emocional también pesa: estrés, nostalgia o distracción pueden abrir la puerta, igual que los disparadores situacionales (oír un fragmento en un supermercado, ver una palabra que recuerda una letra, pasar por un lugar asociado a una canción) (PLOS ONE). ¿Cuándo preocuparnos? El earworm típico es benigno, doméstico y breve. Otra cosa son los obsesiones musicales persistentes (a veces apodadas “stuck song syndrome”), que pueden formar parte de un cuadro obsesivo-compulsivo y requerir evaluación clínica (Indian Journal of Psychiatry). También conviene distinguirlos de las alucinaciones musicales, experiencias más raras que se perciben como externas y que suelen asociarse a pérdida auditiva u otros factores neurológicos; no son lo mismo que un earworm corriente (revisión fenomenológica). Si el bucle es muy intrusivo, prolongado o viene con otros síntomas, toca comentarlo con un profesional (Harvard Health).

Qué funciona (y qué no) para apagar el bucle. Luchar frontalmente contra la melodía suele empeorarla; lo describió Daniel Wegner como “proceso irónico”: cuanto más intentas no pensar en algo, más aparece. En cambio, cerrar el ciclo escuchando la canción completa puede ayudar a tu cerebro a “dar por terminado” el asunto; sustituirla por otra melodía deliberada y neutra (hay quien usa “Happy Birthday” o un himno) también da alivio, porque es difícil “cantar” dos canciones mentales a la vez (The Guardian). Y un hallazgo curioso con respaldo experimental: mascar chicle reduce tanto los pensamientos musicales voluntarios como los involuntarios, probablemente porque ocupa los mecanismos de planificación articulatoria que usamos para el “canto interior” (Quarterly Journal of Experimental Psychology; University of Reading; Dental Tribune). Alternativas con buen resultado práctico: tareas que suban la carga cognitiva (puzles, lectura con atención, conversación), que generan “ruido” suficiente para desplazar el bucle (WP).


La memoria juega a no dejar cabos sueltos. Los earworms son una ventana a cómo el cerebro anticipa patrones y detesta lo incompleto: a menudo se engancha un estribillo o un gancho, el lugar donde más expectativa rítmico-melódica se condensa. Esa “tensión por cerrar” recuerda al efecto Zeigarnik, por el que lo inconcluso sigue reclamando recursos mentales. La música, tan hecha de repeticiones y sorpresas pequeñas, es el terreno perfecto para que esa energía se recicle sin pedir permiso.

Si hoy te visita un estribillo insistente, en vez de pelearte con él prueba a observarlo un momento: identifica el fragmento, respira, completa la canción si hace falta o cámbiala por otra, mastica chicle durante un rato y lánzate a una tarea que te pida tu atención. No siempre funciona a la primera, pero casi siempre se disuelve cuando la mente encuentra otra cosa a la que engancharse. Y si no, piensa que hay algo bonito (y un poco travieso) en que tu cerebro conserve una lista de reproducción secreta: es memoria, es emoción, es ritmo… Y también una manera de recordarte que la música, incluso en silencio, tiene su propio hogar ahí dentro.

lunes, 3 de mayo de 2021

Pocong contra los rebeldes indonesios

Cuando ya llevamos más de un año relativamente encerrados a causa de la pandemia, las autoridades de los diferentes lugares del mundo buscan nuevas formas de mantener a sus habitantes en casa. En Kepuh, Java occidental de Indonesia, dedicieron aprovechar una antigua superstición para así disuadir a sus habitantes de salir a la calle durante las noches. Recurrieron a la leyenda del Pocong -también conocido como fantasma envuelto- del folclore indonesio. Según esta creencia popular el alma de una persona muerta permanece en la Tierra unos 46 días después de la muerte y, durante este tiempo, el alma está atrapada en su mortaja (tela blanca que cubre todo el cuerpo; atada sobre la cabeza, debajo de los pies y en el cuello). Si los lazos sobre la cubierta no se liberan en este tiempo el cuerpo salta de la tumba para advertir a las personas que el alma necesita ser liberada.

Son estas apariciones las que vagan los caminos de Kepuh gracias a voluntarios atraviados con disfraces de fantasmas amortajados quienes salen por las noches, a modo de efecto disuasorio, para que los vecinos más rebeldes no rompiesen la cuarentena. La táctica de los fantasmas de Kepuh parece que daba sus fruto al principio de la iniciativa pues los habitantes huían despavoridos cuando se cruzan con los falsos espectros. Debajo dejo un vídeo del periódico 'El País' publicado en Youtube que publicaba la noticia en su momento y recogía 'verídicos' encuentros con los vecinos. Las reacciones no tienen desperdicio...

Con el tiempo este método dejó de ser efectivo pues con el paso de las semanas terminaron organizándose patrullas nocturnas en busca de estos falsos espectros conviertiéndolo, sin querer, en una especie de atracción turístico improvisado y, como es lógico, perdiendo su efectividad inicial. Si aquí hiciesen lo mismo con la Santa Compaña (leyenda popular de Galicia​ y el noroeste de la península ibérica, sobre una procesión de almas errantes) seguramente que más de uno se pensaba si salir de casa o quedarse en ella.

jueves, 9 de mayo de 2013

Hotel con ilusión óptica...

Curiosa la imagen recreada de este pasillo de un hotel cualquiera. No, por mucho que esperes no llegarás nunca a tu habitación, pero si quieres comprobar una cosa prueba a hacer lo siguiente: fíjate en la imagen; ahora tapa el medio de la imagen y comprobarás como se acelera la imagen pero al contrario, si tapas los laterales notarás como la velocidad de la misma se reduce... ¿Magia?


No, no se trata de magia sino de una ilusión óptica; concretamente una basada en la perspectiva y en la escala y la velocidad con la percibimos las paredes de este pasillo en relación a su distancia con el infinito. Con ellos, dependiendo del lugar donde tapemos la imagen, nos dará una impresión u otra.

miércoles, 10 de abril de 2013

Breaking Bad mágico...

A falta de unos tres meses para la vuelta definitiva y final de la serie y para actualizar el blog, he decidido subir una imagen de Breaking Bad. Pero no es mágico por ser un GIF de Breaking Bad...


... Si te levantas de la silla y miras la pantalla desde cualquier ángulo, siempre te parecerá que Jesse Pinkman te está apuntando directamente... 

lunes, 20 de febrero de 2012

Bienvenidos a la nave del misterio, esta noche...

lunes, 19 de diciembre de 2011

Nieve navideña en Google...

Es un poco redundante el título de la entrada, pero bueno, estamos casi en Navidad y haremos la vista gorda... ¡Pero que bonito detalle de estos señores de Google! ¿Habéis probado a poner 'Let it snow' en Googe? Let it snow, para quienes no lo conozcan, es conocida por ser un popular villancico anglosajón (traducida al español con el título tan poco original de "Navidad, Navidad, Navidad" versionado por última vez por la cantante internacional Jaci Velasquez).

Una vez escrito 'Let is snow' en Google (da igual la variedad, Google Clásico, Google Images, etc.) nuestra pantalla se verá abrumada por un bonito efecto de Navidad para amenizar nuestra búsqueda. Para hacer desaparecer el efecto simplemente tendremos que pulsar en el botón "Defrost". Fácil, sencillo y navideño.


domingo, 6 de marzo de 2011

Interesantes, pero falsas leyendas sobre Beethoven y su Claro de Luna...

Muchas veces es impresionante como nos dejamos llevar por la música, como una composición puede transportarnos a otro lugar mágico gracias a su melodía. De hecho las grandes piezas clásicas musicales llevan siglos haciéndolo... Al escucharlas las hacemos nuestras, son traducciones musicales de nuestras propias experiencias evocándonos recuerdos, sensaciones y emociones.

Las grandes composiciones, como en este caso Claro de Luna -Sonata para piano n.º 14 compuesta en 1801- de Beethoven están rodeadas de muchas leyendas, misticismo e historias en su creación y composición que, con el paso de los años, han sido aderezadas para aumentar posiblemente aun más esa aura mágica que rodeó su concepción.

Puedes escuchar la canción mientras lees el resto de la entrada




Una primera leyenda sobre el nacimiento de esta inmortal obra nos cuenta que recién había comenzado el siglo XIX y Europa estaba abatida por las Guerras Napoleónicas las cuales habían afectado severamente en la salud del principe de Alemanía hasta el punto de causarle la muerte. La muerte de este príncipe había abatido psicologicamente a Beethoven pues perdía uno de sus mentores más queridos y su modelo paterno (su padre sufría depresión junto con una dependencia al alcohol y la muerte de su madre  por culpa de la tuberculosis a temprana edad le dejó sin un ambiente afable y familiar). Para más inri, notaba como sus síntomas de sordera comenzaban a agudizarse, perturbándole y modificando su conducta haciendo de él una persona nerviosa e irritable.

Por ello terminó aislándose de las demás personas ganándose así la fama de misántropo y cayó en una depresión. Cuando creía que ya no tenía más fuerzas para vivir -escribiendo incluso un testamento con nota de suicidio- conoció a una joven chica ciega que vivía en la misma modesta pensión donde Beethoven se hospedaba en ese momento. Tras intercambiar unas palabras con la joven unas palabras en su conversación con ella llegaron hasta lo mas hondo de su alma 'Yo daría todo por ver y experimentar una noche de Luna como tu puedes y mi ceguera no me lo permite'. En las siguientes noches, de Luna llena, estas sencillas palabras hicieron reflexionar a Beethoven dejando a un lado sus pocas ganas de vivir mientras observaba el cielo plateado recordando a la joven. Tomó entonces la decisión de plasmar -hasta el punto de obsesionarse- y traducir la belleza de una bonita noche de luna en una canción. Una canción que imita los lentos pasos de las personas llevando un cajón mortuorio del principe alemán preguntándose el porque de la muerte de un mecenas tan querido donde las tres notas que se repiten insistentemente en el tema principal movimiento de la Sonata (según se especula) son las sílabas de la palabra "Porqué" en alemán. De esta forma, usando su sensibilidad, Beethoven retrató, a través de la melodía, la belleza de una noche bañada por la claridad de la luna para alguien que no podía verla.

Una segunda leyenda establece que 'Claro de Luna' es una canción dedicada a Constantina Giulietta Guicciardi. Transcurría el año 1801 y Beethoven se dedicaba a dar clases de Piano. De esta forma conoció a Constantina y terminó enamorándose profundamente de ella; pero existía una gran inconveniencia: les separaba 15 años de diferencia en su edad. Guardándose su enamoramiento en silencio no pudo evitar una gran decepción al enterarse del noviazgo y próxima boda de Constantina con otra persona. Con el corazón destrozado y con la sordera empezando a robarle su audición decidió confirnarse y hacer lo que mas le gustaba: componer. En su pensión y a oscuras, lo único que alumbraba la habitación era la luna que ingresaba por la ventana incidiendo directamente al piano. Por eso, le puso el nombre de 'Sonata al Claro de Luna', dedicada a Constantina Giulietta Guicciardi.

Son interesantes leyendas, pero falsas. Beethoven nunca le dio ese nombre a su obra: el nombre es "Sonata Quasi una Fantasia". La bautizaron "Claro de Luna" después de que un crítico llamado Ludwig Rellstab lo comparó con un claro de luna que vio en el lago Lucerne cuando Beethoven ya había muerto. Así pues ambas leyendas de la joven ciega y su joven pupila no pueden ser ciertas.

martes, 17 de agosto de 2010

Ilusiones ópticas sorprendentes (I)...

Observa atentamente el punto negro central de la imagen inferior durante el tiempo que dura la animación y sorprendente con el final de la ilusión óptica...


De repente la imagen ha cobrado vida coloreando cada uno de los objetos que en el aparecen. La explicación de esta ilusión lo tiene el efecto de las 'imágenes consecutivas' también llamadas imágenes fantasmas, residuales o afterimages. Estas imágenes se forman cuando los conos (células fotorreceptoras de la retina que recibe impresiones luminosas) se saturan al mirar el mismo patrón durante un período de tiempo y cuando estos reciben el cambio a los colores complementarios de la primera imagen larga estática nos induce a colorear la ilusión hasta que movamos los ojos cambiando nuestra percepción.