Movido por la curiosidad compré un mando no oficial (edición Breath of the Wild) por menos de 12€; considerablemente más barato que el PVP de su contraparte oficial, que ronda los 80€ al tratarse de una edición especial. El mando tardó medio mes en llegar, bastante más de los 5 días garantizados para su entrega. A primera vista, el diseño era convincente y los materiales parecían de calidad aceptable; sin embargo el funcionamiento dejó mucho que desear, presentando graves problemas de respuesta como puede verse en el vídeo que acompaña esta entrada. Tras considerar si valía la pena intentar repararlo por mi cuenta, opté por devolverlo.
Optar por un accesorio no original, independientemente de la plataforma, puede ser tentador por el ahorro que representa; sin embargo es esencial sopesar este ahorro inicial contra posibles desventajas en calidad, durabilidad y experiencia de juego. Se puede tener suerte, pero a la larga no creo que compense, por lo menos como un controlador principal. Por ello, si una experiencia óptima es una prioridad para ti y tu presupuesto lo permite, invertir en un accesorio oficial es siempre mejor decisión.