martes, 9 de septiembre de 2025

XBOX Remote Play: Pantalla en negro con Android

Hace un tiempo me encontré con un problema bastante incómodo: no podía usar Xbox Remote Play desde la red móvil. La consola estaba perfectamente configurada, con NAT abierta, UPnP activado y conectada por cable; pero sin embargo, al intentar conectarme desde el móvil usando datos, la aplicación sí reconocía la consola, pero la pantalla quedaba completamente en negro y sin sonido para, a los pocos segundos, sacarme de nuevo al sistema de elección del Remote Play. Lo curioso es que desde cualquier red WiFi funcionaba sin problema y tampoco parecía haber problemas con otras compañías que no fuesen Movistar o Telefónica. Todo apuntaba a que algo concreto en la conexión móvil estaba bloqueando o filtrando el tráfico necesario para que funcionara Remote Play. Y claro, eso hace pensar: ¿Qué sentido tiene que te den gigas extra para jugar en la nube o en remoto si luego no funcionan?

La solución: revisar el APN

Después de varias pruebas, descubrí que el problema no estaba en la consola ni en la app, sino en la configuración del APN (punto de acceso) en el móvil.

  • Con el APN configurado como telefonica.es, la conexión se establecía, pero Remote Play no cargaba imagen.
  • Al cambiarlo a movistar.es, con usuario y contraseña “MOVISTAR”, todo empezó a funcionar de inmediato.

¿Qué diferencias hay entre telefonica.es y movistar.es?

Aunque a primera vista parecen simples configuraciones de conexión, la diferencia entre estos dos APN es clave para ciertos servicios.

1. Servicios disponibles

APN telefonica.es
Este APN se usa por defecto en la mayoría de móviles. Es válido tanto para navegar por internet como para servicios de mensajería multimedia (MMS). Al asignar una IP privada detrás de CG-NAT, evita que el móvil sea accesible desde internet, lo que ayuda a ahorrar batería y proteger el dispositivo de conexiones no deseadas. Sin embargo, esto limita la posibilidad de abrir puertos o establecer conexiones directas con servicios externos.

APN movistar.es
Este APN está pensado principalmente para acceso a internet puro. Asigna una IP pública dinámica, lo que significa que el dispositivo es accesible desde el exterior. Es ideal si quieres usar tethering, un router 4G/5G o servicios que requieren conexión directa como Remote Play, VPNs o servidores caseros. La contrapartida es que consume algo más de batería, ya que el dispositivo puede recibir más tráfico entrante.

2. Filtrado de tráfico

Con telefonica.es, el tráfico pasa por un proxy o sistema de filtrado que puede provocar problemas con aplicaciones que necesitan flujos de datos específicos (como Remote Play, conexiones de escritorio remoto o algunos juegos online). En cambio, con movistar.es, la conexión va directa a internet sin pasar por proxy, lo que evita esos bloqueos y permite que funcionen servicios avanzados.

3. Compatibilidad con VPN y juegos en remoto

Si planeas conectarte a un servidor VPN, usar Xbox Remote Play o cualquier servicio que dependa de puertos abiertos, movistar.es suele ser la mejor opción porque conecta de forma directa a internet.
En cambio, telefonica.es puede ser más recomendable para un uso móvil habitual, ya que ofrece soporte para MMS y una capa extra de protección. Todo depende de si priorizas accesibilidad o estabilidad en el día a día

APNIP asignadaProxy/FiltroAdecuado para...
telefonica.esPrivada (CG-NAT) → IPv4 + IPv6Sí (Conexión Segura)Uso móvil estándar, navegación, MMS
movistar.esPública dinámicaNoTethering, routers 4G/5G, juegos en remoto, VPNs, accesos externos


En definitiva; si te pasa que Xbox Remote Play funciona en WiFi pero no con datos móviles, revisa la configuración del APN de tu teléfono móvil; sobre todo en el caso de Movistar o Telefónica. En muchos casos, cambiar de telefonica.es a movistar.es (con usuario y contraseña “MOVISTAR”) es la clave para que la pantalla deje de quedarse en negro y puedas jugar desde cualquier lugar con tu conexión 4G o 5G. Es un detalle de configuración que pasa desapercibido, pero que puede marcar la diferencia entre un servicio que no arranca y disfrutar de la experiencia real.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Este domingo: la Luna se tiñe de rojo

Imaginad por un momento que estáis en esa noche de verano tardío, con el aire aún cargado de ese calor pegajoso que se resiste a irse aunque el calendario ya marque septiembre, y de repente el cielo se transforma en un espectáculo que parece sacado de una película de ciencia ficción antigua, de esas que veíamos en VHS con los abuelos comentando que en sus tiempos las estrellas brillaban más porque no había tanta contaminación lumínica ni móviles para distraernos; pues bien, eso es exactamente lo que nos espera con este eclipse total de Luna el próximo 7 de septiembre de 2025, un evento que no solo tiñe nuestro satélite natural de un rojo sangre inquietante sino que nos recuerda cómo el cosmos sigue girando con sus ritmos ancestrales, indiferente a nuestras agendas llenas de notificaciones y vidas tan ajetreadas.

En España tendremos la suerte de presenciarlo desde casi todo el territorio, aunque con matices dependiendo de si estás en el este o en el oeste, donde el horizonte podría jugar en nuestra contra, pero hey, al menos no es como esos eclipses solares que exigen gafas especiales y un montón de precauciones para no quedarte ciego, aquí solo necesitas levantar la vista y dejarte llevar por la maravilla de ver cómo la Tierra proyecta su sombra sobre la Luna, un baile celestial que ha fascinado a la humanidad desde que empezamos a mirar hacia arriba en busca de respuestas a preguntas que ni siquiera sabíamos formular, y si añadimos que este eclipse coincide con la Luna llena de la cosecha, esa que los antiguos llamaban así porque iluminaba las noches para recolectar los frutos del verano, el romanticismo se eleva a niveles estratosféricos, literalmente, haciendo que uno se pregunte por qué no salimos más a menudo a contemplar estos regalos del universo en lugar de hacer scrolloll infinitamente en redes sociales.

Este fenómeno ocurre cuando la Tierra se interpone perfectamente entre el Sol y la Luna, proyectando su sombra umbral sobre el disco lunar en una alineación que solo sucede en fases de Luna llena, y lo que hace que tome ese tono rojizo tan dramático es la atmósfera terrestre que filtra la luz solar, dejando pasar principalmente las longitudes de onda rojas gracias al efecto de dispersión de Rayleigh, el mismo que pinta los atardeceres de colores intensos.

Los horarios para España variarán ligeramente por ubicación, pero en general el eclipse comienza su fase penumbral a las 17:29, entra en parcial a las 18:27, alcanza la totalidad desde las 19:31 hasta las 20:53, con el punto máximo a las 20:11, aunque la Luna no saldrá por el horizonte hasta alrededor de las 20:30 en muchas zonas, lo que significa que parte del show inicial se perderá bajo el horizonte si no estás en un lugar elevado.


Para observarlo bien, no necesitas equipo sofisticado aunque unos prismáticos o un telescopio ayuden a apreciar los detalles, basta con un cielo despejado (cosa complicada en Galicia en estas fechas) y alejarte de las luces de la ciudad para que la contaminación lumínica no robe protagonismo. 

Así que, llegado este domingo, olvida por unas horas las notificaciones, cierra las pantallas y permite que la Luna te recuerde lo pequeño y maravilloso que es nuestro lugar en el universo. Porque no se trata sólo de un fenómeno astronómico: es un recordatorio de que aún existen momentos capaces de dejarnos sin aliento, de hacernos levantar la vista y sentir que, aunque la rutina nos atrape, todavía podemos maravillarnos, como lo hicieron nuestros antepasados, ante la grandeza silenciosa del cielo. Ese rojo intenso que teñirá la Luna es una invitación a detenernos, a respirar y a recordar que hay cosas que ninguna app ni notificación podrán reemplazar: la belleza pura, gratuita y siempre disponible, ahí arriba, esperando a ser contemplada.

lunes, 1 de septiembre de 2025

Juego 062: Sonic the Hedgehog para Mega Drive (1991)

No sé cómo hasta ahora no le había dedicado una entrada a Sonic the Hedgehog, el juego que me introdujo de lleno a la Mega Drive y que, seguramente, es una de las mascotas más reconocidas del mundo de los videojuegos, junto a Mario, Pac-Man, Link, Donkey Kong o incluso Mega Man. En mi caso, lo conocí gracias a un par de gemelos, amigos del colegio, que les habían comprado una Mega Drive. Donde vivía en aquel entonces era complicado encontrar gente con la consola de Sega; de hecho, no conocí a nadie más que la tuviese (a diferencia de la Master System II, que sí estaba un poco más extendida) pues Nintendo, con su NES y Super Nintendo, copaba prácticamente todo (y a todos). Yo ya estaba familiarizado con Sonic a través de revistas especializadas de la época gracias a sus VHS promocionales que llegaban de forma gratuita, pero jugarlo cara a cara fue otra cosa: una revelación. Con el paso de los años, la Mega Drive siempre fue una espinita clavada que nunca me pude quitar, aunque terminaría comprando su versión mini oficial de Sega en 2019 para poder revivir esas sensaciones nostálgicas de hace años.


Sonic the Hedgehog en 1991 no fue solo la llegada de un nuevo personaje; fue la respuesta de Sega a la hegemonía de Mario, un golpe sobre la mesa que redefiniría el rumbo de los 16 bits y catapultaría la Mega Drive al estrellato. La creación del erizo azul surgió como necesidad estratégica: Sega necesitaba un personaje capaz de demostrar de un solo vistazo la potencia de su hardware y la actitud de la compañía frente a Nintendo. Tras un concurso interno con diseños tan extravagantes como un conejo, un armadillo o incluso un personaje con bigote y sombrero (que terminaría reciclado como Dr. Robotnik), se impuso el Sonic azul de Naoto Ōshima, pensado para imprimir carácter a la marca Sega y transmitir velocidad y rebeldía.

El desarrollo arrancó en 1990 con un equipo reducido que luego se conocería como Sonic Team. Yuji Naka lideraba la programación con obsesión casi enfermiza por la velocidad. Introdujo el famoso “motor de curvas”, un algoritmo que permitía a Sonic deslizarse y girar por loopings, cuestas y rampas con una suavidad que ningún otro plataformas ofrecía en consolas domésticas. Hirokazu Yasuhara, diseñador de niveles, creó entornos llenos de caminos alternativos, zonas de rebote y secretos que premiaban la memorización y la habilidad, de modo que cada partida podía ser distinta y siempre empujaba a ir más rápido.

El apartado sonoro era obra de Masato Nakamura, bajista de Dreams Come True, cuyas melodías de Green Hill Zone o Starlight Zone se convirtieron en himnos generacionales, con ese aire entre funky y pop japonés que aún hoy nos hace tararear la música al abrir un emulador o una Mega Drive Mini.

El impacto de Sonic en España y el mundo fue inmediato. La Mega Drive, vendida en su pack más icónico con el juego incluido, catapultó al erizo como un referente visual y jugable, capaz de atraer tanto a aficionados de los arcades como a nuevos jugadores atraídos por la velocidad y la estética desenfadada. La crítica española alababa la fluidez de los gráficos y la sensación de impulso frente a la precisión medida de Super Mario World. Revistas como Hobby Consolas o Superjuegos comparaban su vibrante paleta de colores y música inolvidable con las grandes superproducciones de los arcades de Sega. Comercialmente, Sonic vendió cerca de 24 millones de copias en todo el mundo, de las cuales más de 15 millones correspondieron a Mega Drive, consolidando al juego y a la consola como un icono cultural y multimedia: cómics, series animadas e incluso películas décadas después.

Este juego está lleno de detalles técnicos y curiosidades. El cartucho era más ligero de lo habitual para acelerar los tiempos de carga, y su motor gráfico optimizado permitía física basada en aceleración y momentum, algo que hasta entonces solo se veía en arcades de Sega. Sonic no puede nadar (se hunde y termina por ahogarse) porque Yuji Naka pensaba que los erizos reales tampoco lo hacen; una anécdota casi absurda que se volvió canon. Los enemigos y mascotas secundarios, como el Caterkiller, provienen de los diseños iniciales desechados y cada fase contiene rutas alternativas y bugs útiles que los speedrunners explotan hoy para batir récords imposibles.


La primera demo de Sonic se presentó en secreto al CEO de Sega Japón, quien tras cinco minutos jugando decidió que sería la imagen de toda la compañía. Su color azul no fue casual: coincidía con el logo de Sega y destacaba en los CRT negros de la época, transmitiendo modernidad y velocidad. El diseño minimalista de la Mega Drive, en negro, también reflejaba esa misma actitud: rápida, elegante y urbana, al igual que su recién nacido héroe digital.

Curiosidades:

  • El jingle SEGA ocupa mucho espacio: El característico sonido “SEGA” inicial llega a ocupar hasta un octavo de la memoria total del cartucho original.

  • Glitch del jefe inmortal en Final Zone: Si golpeas a Robotnik en el momento justo durante el jefe final, su contador de resistencia se reinicia y se vuelve invencible o con cientos de vidas.

  • El error de traducción “Mr. Needlemouse”: El supuesto nombre clave era un malentendido de la traducción japonesa y nunca se usó realmente en el desarrollo, según Yuji Naka.

  • Sonic no puede nadar por un error: Sonic fue diseñado sin saber nadar porque los creadores pensaban incorrectamente que los erizos no podían hacerlo.

Para mí, Sonic no fue solo un juego: fue la introducción a la Mega Drive y a un mundo donde la velocidad, la música y la creatividad se unían en un cartucho diminuto. Recuerdo jugarlo en casa de aquellos gemelos, compitiendo por conseguir la mayor puntuación, explorando cada atajo y cada loop hasta el cansancio, maravillándome de la fluidez de los gráficos y la sensación de correr como nunca antes lo había hecho en un videojuego. Sonic fue un soplo de aire fresco frente a la hegemonía de Mario y los plataformas tradicionales, una experiencia que definió mi infancia y que, hoy, sigue teniendo la misma energía que aquella primera vez que encendí la consola. La primera entrega de Sonic no solo hizo despegar a la Mega Drive; fue un acto de osadía, innovación y carisma que marcó toda una era, dejando una huella imborrable en los videojuegos de plataformas y en la memoria de quienes crecimos persiguiendo cada giro y cada anillo.