Desde hace un tiempo en Fene se viene observando como los distintos tejados se van asentando nuevos inquilinos en forma de antenas telefónicas para darnos mejor servicio (en concepto de cobertura y UMTS), pero hasta el momento siempre había sido de forma transparente y a la vista de todos nosotros. Hasta este mes...
Desde hace varios años parece existir un miedo, o mejor dicho, una fobia atroz en contra de estas antenas de telefonía móvil, miedo que cada ciertos meses hinchan a través de los distintos informativos de televisión relacionandolas con distintos cánceres creando alarma social (tal como hacen con muchos otros temas). Una psicosis colectiva dónde se cree que las emisiones que emiten estas antenas son dañinas para la salud obligando a las distintas operadoras de telefonía móvil a cambiar su estrategia para ampliar su implantación y servicios.
Pero, ¿Los que la han denunciado y se movilizan tienen teléfono móvil? Por que seria bastante irónico que lo usaran. Nos quejamos por que la antena nos provoca daños, pero nos quejamos por que no hay cobertura... El caso es quejarse y quejarse de vicio.
Las antenas se esconden principalmente por varias razones: Para que los paranoicos y conspiradores que se creen con conocimientos suficientes de electromagnetismo y biología molecular, no monten un cristo cada vez que descubren una antena y para reducir el impacto visual en las ciudades para así mantener cierta "armonía" en ellas. Siempre dentro de la legalidad. Pueda estar justificado por el impacto visual (dónde en otros países europeos es obligatorio ocultarlas tal como Suiza). Tal vez sería conveniente legislar la identificación de estas antenas por nuestra propia salud.
Distintos ayuntamientos gallegos han reconocido que gravarán a las operadoras móviles para frenar la caída de ingresos. Vigo ha iniciado ya los trámites para un impuesto ya aprobado en Pontevedra, A Coruña, Santiago, Boiro y Oleiros. Poco a poco, los gobiernos locales están implantando un nuevo gravamen para aprovecharse precisamente del tirón de la telefonía móvil, apoyándose en la utlización del dominio público. Por las antenas y, de nuevo, el cableado. ¿Será Fene el próximo bastión?
Siempre quedará la duda: ¿Es para saltarse la ley o para amortiguar el impacto ambiental?
1 comentarios:
O sea que los Ayuntamientos van a cobrar porque las operadoras utilizan el dominio público. Y al vecino que vive a 50 metros que será irradiado de por vida atravesando su casa y su cuerpo que le den.
No hace falta campañas histéricas, el boca a boca habla de problemas de migrañas como mal menor.
Aquí el problema es que el único punto de vista es el negocio. Lo demás no vale.
Por mi parte ya sabes a dónde pueden irse los móviles...
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