Thomas Edison, empresario, científico e inventor que patentó más de mil inventos -un invento cada quince días- no sólo fue conocido por sus avances tecnológicos en su época, sino también era conocido por el hecho de hacer predicciones futuras. De hecho el año 1909 ya predijera una red mundial de teléfonos móviles y una red con usos parecidos a la Internet tal como la conocemos nosotros a 100 años desde sus declaraciones. Así, el 23 de Junio de 1911, el diario Miami Metropolis publicaría nuevas predicciones de Edision a cien años vista, es decir nuestro actual año 2011.
¿Cómo será el mundo dentro de cien años?
Nadie más que un mago se atrevería a levantar la cortina y revelar los secretos del futuro, y que mago puede hacerlo con la misma certeza que el Sr. Thomas Alva Edison, quien ha arrancado muchos de los secretos mejor guardados de la celosa naturaleza. (...)
El Sr. Edison nos relata que la máquina de vapor está emitiendo sus últimos alientos. (...) En el año 2011 los trenes seguirán utilizándose pero estas alcanzarán a la increíble velocidad de la luz (que también será la fuerza motriz de toda la maquinaria del mundo), generada por ruedas "hidráulicas".
Pero el viajero del futuro (...) despreciará la lentitud sobre la tierra. Surcará los cielos más rápido que un parpadeo, a la velocidad de docientas millas por hora (322Km/h), en colosales máquinas que le permitirán tomar el desayuno en Londres, realizar negocios en París y comer su almuerzo en Cheapside.
La casa del próximo siglo estará amueblada desde el sótano hasta el ático con acero, pero con una sexta parte del coste actual -un acero tan ligero que será fácil transportarlo como lo es levantar una silla. El bebé del siglo XXI se mecerá en una cuna de acero; su padre se sentará en una silla de acero a una mesa de acero, y el tocador de su madre estará lujosamente equipado con muebles de acero (...).
Los libros de siglo que viene tendrá todas sus hojas impresas en níquel, por lo que el lector podrá disfrutar de toda una pequeña biblioteca en un solo volumen. Un libro de sólo dos pulgadas de espesor (5cms.) contendrá cuarenta mil páginas, el equivalente a un centenar de volúmenes; con seis pulgadas sería suficiente para todo el contenido de la Enciclopedia Británica. Y cada volumen pesaría menos de una libra (454 grs.).
Hoy en día el Sr. Edison puede producir una libra de estas hojas de níquel, más flexibles que el papel y diez veces mas duraderas al coste de cinco chelines. Dentro de unos cien años el coste probablemente se reducirá a una décima parte.
Para mayor sorpresa todavía, este mago estadounidense habla del fin del oro como metal preciado. "Oro", dice, "aun existirá algunos años más. Pero está cerca el día que será tan común y tan barato como las barras de hierro o bloques de acero". Ya estamos a punto de descubrir el secreto de la transmutación de los metales, que son esencialmente la misma en la materia, si bien combinados en distintas proporciones". En poco tiempo será sencillo convertir un camión cargado de barras de hierro en las mismas cargadas de oro virgen.
Día mágicos están por llegar y no hay razón por la cual nuestros grandes transatlánticos no deberían ser tallados de oro tallados, que no debamos viajar en taxis de oro, o de sustituir el oro por acero en nuestros salones. Sólo el acero será más duradero, y más barato a la larga.
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