Existan multitud de nombres desafortunados en todo el mundo, sobre todo si son nombres que extrapolamos a otros idiomas. El caso sobre el cual he decidido escribir hoy me parece totalmente curioso, surrealista y algo picante. En la línea de Löhoku, en Japón, he visto la existencia de una estación que me ha llamado poderosamente la atención. Se encuentra en las afueras de Oyama: la estación "Mamada". Escuchar desde los altavoces "Next station, Mamada" hace que a uno se le salte una pequeña risotada traviesa.
Por lo que, si un día viajas cerca del pueblo de Oyama (apenas tiene 40.000 habitantes y no confundir con actor que encarna el papel de una joven mujer en obras teatrales) y decides viajar en tren, no creas que una de las estaciones es un área de recreo. Pero, aun así, si decides intentar hacer realidad tus sueños, posiblemente sólo tengas que seguir la flecha hacia donde indica donde se encuentra Mamada...
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