En 1997, cuando las aventuras gráficas empezaban a dar señales de agotamiento frente al empuje de las 3D y el nuevo ritmo de la industria, LucasArts lanzó La Maldición de Monkey Island; cuyo título original es el que puedes ver en la imagen de la izquierda "The Curse of Monkey Island". Era la tercera entrega de una saga que ya tenía un estatus de culto gracias a sus dos primeros juegos, pero también era la primera que se hacía sin Ron Gilbert al mando. Y eso, para muchos, era poco menos que un sacrilegio. Pero The Curse of Monkey Island no sólo sobrevivió a esa ausencia, sino que supo construir su propia identidad con bastante más acierto del que se le reconoció en su momento. Por primera vez, el universo de Guybrush Threepwood daba el salto al dibujo animado; literalmente. El pixel art de los 90 dejaba paso a escenarios pintados a mano, con animaciones fluidas y un estilo visual que recordaba más a una serie de dibujos animados que podrías ver en cualquier cadena de televisión de la época, más que a un videojuego tradicional.