Terranigma es, sin duda, uno de los RPG más especiales que he jugado. Lo descubrí influenciado por mi experiencia previa con Illusion of Time, otro título de
Quintet que me dejó impresionado a pesar de haberlo jugado en inglés, gracias a una tienda de importación que lo tenía en liquidación. Por aquel entonces no era muy aficionado a los
RPG; los juegos de acción y aventuras, como
Zelda, podían atraerme pero eran pocos los títulos de este género que lograban engancharme. Sin embargo, cuando llegó
Terranigma, todo cambió. Fue uno de los últimos juegos que disfruté profundamente en la
Super Nintendo, en esa etapa final de la consola en la que empezábamos a vislumbrar el salto a la "
nueva generación". Aunque seguí disfrutando de algunos
títulos memorables en casa de amigos que tenían estas nuevas consolas, mi camino como jugador tomó un rumbo diferente: me centré en el mundo del PC, dejando las consolas de lado. Este distanciamiento, sin embargo, fue temporal; con la llegada de los
128 bits de Nintendo terminé volviendo al mundo de las consolas, algo que ha continuado hasta el día de hoy.
Desarrollado por Quintet y lanzado en 1995, Terranigma forma parte de la llamada "Trilogía del Cielo y la Tierra", junto con Soul Blazer e Illusion of Time. Aunque no existe una conexión directa entre las tramas, los tres comparten una temática común centrada en la creación, destrucción y renacimiento de la humanidad.
En Terranigma, asumimos el papel de Ark (aunque, como en otros juegos de la época, podemos cambiar su nombre si lo deseamos), un joven inquieto que vive en el pacífico pueblo de Crysta (Krista en su traducción castellana), situado en el interior del planeta. Todo comienza cuando Ark, en una de sus travesuras, abre una caja prohibida que libera a Yomi, una criatura misteriosa y desata una cadena de eventos que despiertan al mundo exterior, hasta entonces dormido y sin vida.
La misión de
Ark es restaurar la Tierra, desde revivir continentes y ecosistemas hasta guiar la evolución de la humanidad. Pero este viaje no es solo físico sino también es una exploración emocional y filosófica sobre la eterna lucha entre la luz y la oscuridad, el sacrificio y el renacimiento. Lo que lo hace especial es su enfoque en la reconstrucción del mundo pues cada acción tiene un impacto tangible: desde resucitar ríos y montañas hasta ayudar a fundar ciudades (que evolucionan según nuestras elecciones) y culturas. A lo largo de su travesía, Ark interactúa con diversas civilizaciones y figuras históricas, influyendo en el desarrollo de inventos y tecnologías que reflejan hitos reales de la humanidad. Por ejemplo, al colaborar con personajes inspirados en
Thomas Edison o los
hermanos Wright, el jugador facilita la invención de la bombilla y el avión, respectivamente.
Estas interacciones no solo enriquecen la jugabilidad, sino que también ofrecen una reflexión sobre el progreso y cómo las acciones individuales pueden moldear el destino colectivo. Además, Terranigma aborda temas profundos como la dualidad de la existencia y la interconexión entre creación y destrucción. La narrativa sumerge al jugador en dilemas éticos y decisiones que trascienden la simple mecánica del juego, invitando a contemplar el equilibrio necesario para la regeneración del mundo. La representación de la Tierra como una esfera hueca con un lado exterior de luz y un interior de oscuridad simboliza esta dualidad inherente en la naturaleza y en la experiencia humana. Esta mecánica, combinada con su narrativa, crea una experiencia que conecta al jugador con el universo del juego de una manera única.
Visualmente,
Terranigma es una auténtica maravilla.
Quintet logró exprimir al máximo las capacidades de la Super Nintendo, ofreciendo escenarios detallados, efectos fluidos y una paleta de colores vibrante que da vida a cada rincón del juego. Desde
majestuosos paisajes naturales hasta
ciudades en expansión que reflejan el progreso humano, cada área está diseñada con un cuidado excepcional, creando una atmósfera envolvente que invita a la exploración. Y en cuanto al sonido, la banda sonora, cuidadosamente compuesta para acompañar cada momento del viaje, es una de las más
memorables de la era de los 16 bits, dejando una huella imborrable en quienes la escuchan.
Terranigma llegó a España el 20 de octubre de 1995, traducido al castellano, en un momento en el que cada vez más juegos empezaban a ser localizados (aunque algunos fans lamentaron que no fuese el elegido
Chrono Trigger en vez de este título). La edición española incluía la posibilidad de solicitar un libro de pistas a Nintendo España de forma gratuita con la compra del juego que ayudaba a los jugadores a avanzar en su aventura, algo que pocos títulos ofrecían con ese lujo de detalles. En mi caso, tuve que esperar hasta finales de ese año para recibir el juego como regalo de mis padres, y durante los siguientes meses no lo solté hasta finalizarlo (¡y menudo final!).
Curiosidades:
En la ciudad de Neo-Tokio, existe un solar vacío con un cubo de basura solitario. Si interactúas con él, aparece un fantasma al que puedes derrotar. Tras vencerlo, un pollo te agradece y te teletransporta al edificio de
Quintet, la compañía desarrolladora del juego. Allí, puedes conocer a los programadores, representados curiosamente como pollos. En la versión japonesa, también podías participar en un juego de preguntas y respuestas sobre otros títulos de la compañía, función que fue eliminada en las versiones occidentales.
El guion inicial era mucho más oscuro, con un enfoque en la desesperanza y la destrucción. Sin embargo, los productores decidieron equilibrarlo para hacerlo más accesible a un público general, añadiendo momentos de humor y esperanza en el desarrollo de la historia.
La amiga de Ark tiene distintos nombres según la versión del juego. En la versión en español se llama Naomi, mientras que en otras versiones es conocida como Melina, Elle o Célina.
Muchos NPCs en Terranigma tienen vidas que evolucionan a medida que progresas en el juego. Por ejemplo, en Litz, un marinero borracho que encuentras al principio puede terminar convirtiéndose en un exitoso comerciante si interactúas con él regularmente, mientras que en Neo-Tokio, un hombre deprimido puede transformarse en un escritor famoso si lo inspiras al hablarle varias veces.
El director
Tomoyoshi Miyazaki mencionó en entrevistas que el melancólico final de
Terranigma fue influenciado por una experiencia personal dolorosa. Esto le permitió transmitir un mensaje sobre el sacrificio y la importancia de las conexiones humanas.
- Durante la localización de Terranigma para Europa, los traductores suavizaron varios temas filosóficos y religiosos que estaban presentes en el original japonés. Por ejemplo, las referencias al budismo y al cristianismo se diluyeron, y se evitó profundizar en conceptos como la reencarnación y la creación divina.
Si algo me ha enseñado Terranigma es que los videojuegos pueden ser mucho más que simple entretenimiento; pueden ser experiencias que dejan una huella profunda en nuestra memoria. Volver a jugarlo hoy sería un viaje nostálgico hacia una de mis primeras etapas de mi vida como entusiasta de los videojuegos. Creo que ha llegado el momento de desempolvar este gran juego y volver a disfrutarlo...
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