lunes, 21 de abril de 2025

Nostradamus y el nuevo Papa

Hoy, 21 de abril de 2025, el mundo se despierta con una noticia que sacude al Vaticano y a millones de curiosos: ha muerto el Papa Francisco a los 88 años, cerrando así un pontificado que duró más de una década. Más allá de su legado y la inevitable cobertura mediática global, lo que ya se está cocinando entre pasillos, foros, cafés y redes sociales es la pregunta inevitable: ¿quién será el próximo Papa? Y con esa pregunta vuelve a asomar, como cada vez que el trono de Pedro queda vacío, un nombre legendario: Nostradamus. El vidente francés del siglo XVI ha sido citado en todo tipo de contextos, desde guerras hasta pandemias y sus profecías crípticas parecen tener un don especial para adaptarse a cada época. En esta ocasión, la atención se centra en una de sus cuartetas más inquietantes:

“Por la muerte de un pontífice muy anciano, será elegido un romano de buena edad, de él se dirá que debilita su sede, pero mucho tiempo estará sentado y en actividad mordaz.”

Para muchos intérpretes, esta frase encaja perfectamente con el momento actual. Francisco, el pontífice muy anciano, ha muerto. Y ahora, según Nostradamus, llegaría un “romano de buena edad”, alguien de perfil conservador o tradicional, pero también longevo. Algunos señalan directamente a nombres como Pietro Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano, o Matteo Zuppi, conocido por su cercanía con causas sociales y su sintonía con el espíritu renovador del Papa difunto. Pero la parte más jugosa de todo esto, y la que más ha alimentado teorías durante años, es la que habla de la llegada de un “Papa negro”. Aquí no se trata solo de un posible Papa africano (aunque hay candidatos reales que encajan) sino de una figura cargada de simbolismo, que muchos interpretan como el inicio de una crisis profunda en la Iglesia o incluso del fin del mundo. El término “negro” puede interpretarse en muchos niveles: por raza, por historia, por presagios... Entre los favoritos que alimentan esta narrativa están el cardenal Peter Turkson, de Ghana o el cardenal Robert Sarah, de Guinea; ambos figuras prominentes dentro del ala más conservadora del catolicismo global.

Por si fuera poco, este escenario apocalíptico no está solo en las visiones de Nostradamus. También se conecta con las famosas y no menos misteriosas profecías de San Malaquías, una lista de lemas en latín que supuestamente describen a todos los papas hasta el último: Pedro el Romano. Según esta otra línea profética, el próximo pontífice será el último antes del colapso de Roma y del Juicio Final. Suena a novela de Dan Brown sí (que, por cierto, saca nuevo libro en septiembre) pero no por eso ha dejado de alimentar especulaciones durante siglos.

Y claro, en un mundo que parece caminar cada día más al filo del abismo, no es raro que estas profecías vuelvan a cobrar fuerza. No hace falta ser creyente ni fanático para darse cuenta de que estamos viviendo tiempos excepcionalmente frágiles: el fantasma de una guerra nuclear vuelve a rondar con los conflictos crecientes en Ucrania, Oriente Medio o Asia-Pacífico; el cambio climático avanza como un cronómetro silencioso; las inteligencias artificiales comienzan a cuestionar incluso la noción misma de humanidad y las democracias parecen cada vez más tambaleantes. Todo esto crea un caldo de cultivo perfecto para que ideas como el Juicio Final, aunque simbólicas, resuenen con una inquietante actualidad. Y si el próximo Papa es, como muchos temen o esperan, el último, no será porque abra las puertas del Apocalipsis... sino porque tal vez ya estemos caminando sobre esa cuerda floja, con los ojos vendados y sin red debajo.

Ahora bien, conviene hacer un poco de zoom crítico: ¿realmente Nostradamus predijo esto? La mayoría de historiadores y expertos en literatura profética coinciden en que sus textos son extremadamente ambiguos, poéticos y, en muchos casos, editados o reinterpretados siglos después. Lo que escribió puede tener tantas lecturas como lectores. Y aun así, su figura sigue captando atención cada vez que el mundo entra en uno de esos momentos de incertidumbre global. Porque sí, nos encanta encontrar patrones y señales donde probablemente solo hay coincidencias.

Lo cierto es que mientras los cardenales se preparan para entrar en cónclave, en redes como X, Reddit o YouTube ya circulan todo tipo de teorías, apuestas y mapas proféticos. Y es que aunque sepamos que el nuevo Papa no será elegido por profecías del siglo XVI, no podemos evitar jugar con la idea de que tal vez todo ya estaba escrito. Nostradamus nunca pasa de moda y ahora que hay un nuevo capítulo por escribirse en la historia de la Iglesia; donde sus palabras vuelven a ser ese espejo oscuro en el que muchos buscan respuestas.

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