Lanzado por Rare (en aquel entonces conocido como Rareware) y distribuido por
Tradewest en Norteamérica en
junio de 1991, Battletoads nació con una misión muy clara: competir con el éxito masivo de
Teenage Mutant Ninja Turtles (TMNT).
Los diseñadores de Rare, liderados por Tim Stamper, crearon a tres anfibios musculosos y genéticamente modificados (Rash, Zitz y Pimple) con un sentido del humor más oscuro y una estética de ciencia ficción más áspera que sus contrapartes ninja. El juego era una ambiciosa mezcla de géneros que incluía beat 'em up de desplazamiento lateral, secuencias de carreras de alta velocidad y secciones de plataforma extremadamente desafiantes.
Su desarrollo fue una proeza de la programación para la NES, ya que Rare consiguió exprimir el hardware de 8 bits para producir gráficos inusualmente grandes, detallados y con animaciones fluidas, sacrificándose únicamente en el notorio flickering (parpadeo) de sprites cuando había demasiados elementos en pantalla como se puede ver en la imagen inferior.
A pesar de estos límites técnicos, la ambición del diseño y el humor irreverente (visible en las animaciones de ataques exagerados y en los nombres de los enemigos) aseguraron que Battletoads se distinguiera de inmediato.
La jugabilidad de Battletoads es su rasgo más memorable y divisorio. Aunque el juego arranca como un beat 'em up puro con mecánicas de “golpes transformadores” (los puños de las ranas se convertían en martillos, botas gigantes u otras horrendas herramientas con efectos cómicos) rápidamente evoluciona y cambia de género a lo largo de sus doce niveles, obligando a los jugadores a dominar una disciplina nueva en cada etapa. Esta intención de variedad era deliberada: los jugadores pasaban de combatir enemigos a caballo en un acantilado (Nivel 3) a pilotar una nave en una secuencia de shooter vertical (Nivel 7), o a navegar por laberintos giratorios.
El nivel más infame, el Turbo Tunnel (Nivel 3), forzaba a los jugadores a reaccionar a velocidades vertiginosas, esquivando muros con una tasa de respuesta casi inhumana.
La continua necesidad de aprendizaje y adaptación, sumada a la escasez de puntos de control y a las vidas limitadas, creó tanto una experiencia única como una fuente masiva de frustración para millones de jugadores.
La dureza de Battletoads no era accidental: formaba parte del diseño. El juego exige memorización casi perfecta de patrones y obstáculos en numerosos tramos. La curva de aprendizaje es extremadamente empinada, y varios niveles se diseñaron para testar la paciencia y la precisión del jugador. Un factor que elevó la frustración fue el modo cooperativo para dos jugadores. Aunque en teoría el multiplayer podía facilitar el avance, Rare introdujo la mecánica de friendly fire, permitiendo que los jugadores se golpearan accidentalmente entre sí.
Además, si un jugador moría en el modo a dos, no podía reaparecer, obligando al superviviente a completar el nivel en solitario; una situación que multiplicaba la dificultad y la ira de muchas sesiones compartidas.
Esta mezcla de dificultad extrema, la continua mutación de mecánicas y las duras penalizaciones en multijugador hicieron que muy pocos jugadores completaran el cartucho original sin recurrir a trucos o a la perseverancia más férrea.
Curiosidades:
- El famoso glitch del Nivel 3: Corrió el rumor de que había un fallo que permitía saltarse el Turbo Tunnel. Aunque el glitch probado no existe en la versión original, la leyenda nació porque ese nivel era donde la mayoría no conseguía avanzar más allá.
- El cambio de dificultad en el port: El port para Mega Drive (1993) es considerablemente más accesible que la versión de NES: la velocidad del Turbo Tunnel se redujo y se ajustó la IA enemiga para facilitar el avance.
- El código del Nivel 7: Para llegar al Nivel 7 (Volkmire's Inferno) sin horas de práctica, la mayoría recurría a un código de trucos introducido en la pantalla de título que permitía saltar directamente a fases avanzadas.
- Ataque de finalización oculto: Si el jugador atacaba a un enemigo aturdido únicamente con el puño normal (sin saltar), a veces la rana ejecutaba una animación de finalización alternativa (un golpe de cabeza o un aplastamiento con un objeto gigante) que no siempre se documentó en guías oficiales.
Battletoads es un título emblemático de la era de los 8 bits. Su legado va más allá de ser un beat 'em up bien dibujado: es un hito en la historia por su dificultad, su ambicioso diseño multifacético y la capacidad técnica de Rare para exprimir la NES con sprites enormes y animaciones fluidas. El juego demostró tanto maestría técnica como una voluntad de desafiar al jugador hasta el límite, convirtiendo al Turbo Tunnel en un símbolo cultural de frustración (y de perseverancia) dentro de la comunidad gamer.

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