No pasó ni un año desde que compré mi flamante Xbox 360 cuando apareció el temido "anillo rojo de la muerte". Para quienes no lo vivieron, este error se manifestaba cuando el anillo verde alrededor del botón de encendido se convertía en un círculo rojo parpadeante. En ese momento sabías que algo iba mal, muy mal: la consola quedaba completamente inservible. Lo curioso es que este fallo era tan común que parecía una especie de lotería: si tenías una Xbox 360, tarde o temprano te tocaría. Y a mí me tocó. En aquella época había mil y una "soluciones caseras" para intentar arreglarlo. Una de las más populares consistía en envolver la consola en una toalla húmeda para recalentar las soldaduras internas dañadas (sí, suena tan loco como parece). La idea era que el calor extremo reconectara temporalmente los puntos de soldadura del chip principal. Por supuesto, estas soluciones eran parches temporales y muchas veces terminaban empeorando el problema. Yo decidí no arriesgarme con experimentos y contacté directamente con Microsoft.
El servicio técnico fue sorprendentemente bueno. Me explicaron paso a paso qué debía hacer: primero tenía que rellenar un formulario online, luego me enviaron una etiqueta prepagada para enviar la consola a Alemania (al parecer ese era el centro de reparaciones para Europa). Pasada una semana, tal vez unos días más, recibí en casa una nueva consola flamante de reciente fabricación la cual, teóricamente estaba diseñada para evitar el problema del anillo rojo; algo que puedo confirmar porque a día de hoy sigue funcionando perfectamente. Además, junto con la consola me enviaron un mando adicional y un código para ampliar mi suscripción a Xbox Live Gold. Aunque el chasco inicial al ver las tres luces rojas fue enorme, tengo que decir que quedé muy satisfecho con la rapidez y eficacia con la que Microsoft gestionó la garantía. Eso sí, durante años se creyó que el problema estaba relacionado con el sobrecalentamiento extremo de la consola. Sin embargo, según reveló Microsoft en su documental "Power On: The Story of Xbox", el fallo no se debía al calor máximo per se, sino a los cambios bruscos de temperatura que rompían las conexiones entre el chip principal y la placa base. Todd Holmdahl, responsable del hardware de Xbox en aquel entonces, explicó: "Los jugadores encendían y apagaban la consola constantemente. Esto generaba tensiones térmicas que acababan rompiendo las soldaduras". El problema fue tan grave que Microsoft tuvo que detener temporalmente las líneas de producción mientras buscaban una solución definitiva. Según Peter Moore, entonces jefe de Xbox: "Teníamos un problema valorado en 1,15 mil millones de dólares". Afortunadamente, Steve Ballmer aprobó los fondos necesarios para cubrir las reparaciones masivas y restaurar la confianza del consumidor.
A pesar del infame anillo rojo de la muerte, tengo un gran recuerdo de mi experiencia con Xbox 360. Fue una consola revolucionaria en muchos sentidos: popularizó los logros (Achievements), ofreció títulos exclusivos inolvidables como Halo 3 o Gears of War (de hecho es interesante comentar que durante el desarrollo de "Gears of War", Epic Games insistió en que Microsoft aumentara la memoria RAM de la consola de 256 MB a 512 MB, lo que implicó un sobrecosto de mil millones de dólares) y supo competir cara a cara con PlayStation 3.
John Friend, el actual jefe de productos de consumo ha confirmado que 2026 será un año importante para la marca (quien lo diría viendo sus últimas decisiones) pero sin embargo esta información no ha sido confirmada por los directivos de Xbox. Además, este hito forma parte de un evento muy especial, uno que probablemente Xbox Game Studios prefiera mantener en privado, sobre todo ante una empresa que históricamente lo ha colocado en un segundo o incluso tercer plano
Hoy, al mirar atrás tras 25 años desde su lanzamiento, puedo decir sin duda alguna que fue una pieza clave en la historia de los videojuegos... incluso con sus luces rojas.
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