miércoles, 12 de febrero de 2025

eBiblio: Cuando Peppa Pig se encuentra con Franco

Si aún no lo conoces, eBiblio es un servicio de préstamo de libros electrónicos ofrecido por bibliotecas públicas en España. Se trata de una plataforma digital que permite a los usuarios acceder a miles de libros de forma gratuita, con la única condición de contar con un carnet de biblioteca. Es una alternativa perfecta para quienes disfrutan de la lectura pero prefieren hacerlo desde la comodidad de su dispositivo electrónico, ya sea un móvil, una tablet o un eReader. La diversidad de géneros disponibles es impresionante: desde novelas de ficción hasta ensayos académicos, pasando por cómics, poesía y biografías. Además, eBiblio también cuenta con audiolibros, lo que lo convierte en una opción ideal para aquellos que prefieren escuchar historias en lugar de leerlas. Su funcionamiento es bastante sencillo: solo tienes que iniciar sesión con los datos de tu biblioteca y podrás realizar préstamos digitales igual que lo harías con un libro físico. Puedes tomar en préstamo varios títulos a la vez y leerlos directamente desde la aplicación o descargarlos para disfrutarlos sin conexión. Esta facilidad de acceso y la amplia variedad de contenido hacen de eBiblio una herramienta imprescindible para los amantes de la lectura; y hasta aquí todo suena genial. Pero a veces, un pequeño desliz en la clasificación de los libros puede generar situaciones cuanto menos curiosas.

Mientras navegaba por la sección Infantil y Juvenil, me topé con algo que me hizo arquear una ceja... o las dos. En las capturas de pantalla que tomé y acompañan esta entrada se pueden ver libros infantiles como Peppa Pig, Bluey o Anna Kadabra. Todo normal... hasta que aparece Franco (edición gráfica) de Paul Preston. ¡Espera, ¿qué?!

Sí, una biografía en formato cómic del dictador Francisco Franco en plena sección infantil. Si esto es un intento de acercar la historia a los más pequeños, alguien ha sido demasiado ambicioso. No es que el libro en sí no pueda resultar seguramente que interesante, pero meterlo junto a cuentos de animales parlantes y aventuras mágicas es, como mínimo, un error de clasificación bastante llamativo.

Para salir de dudas, decidí hacer un pequeño experimento y preguntar a varias inteligencias artificiales qué opinaban sobre la imagen. Sorprendentemente, todas detectaron que había un libro fuera de lugar... excepto una.

  • ChatGPT: "Sí, hay algo inusual y llamativo en esta imagen de libros infantiles y juveniles. En medio de títulos claramente dirigidos a niños como Anna Kadabra, Bluey, Peppa Pig y otros libros infantiles, aparece un libro titulado Franco (edición gráfica) de Paul Preston y José Pablo García, que trata sobre el dictador Francisco Franco. Este contenido histórico-político sobre una dictadura no es apropiado para estar categorizado junto a literatura infantil y juvenil, ya que aborda temas complejos y potencialmente perturbadores."

  • Perplexity: "Sí, noto algo preocupante en esta imagen. En una sección de libros infantiles y juveniles aparece un libro sobre Franco (la biografía gráfica de Paul Preston), lo cual parece fuera de lugar y potencialmente inapropiado dado el público objetivo de esta sección. Este tipo de contenido histórico sobre la dictadura franquista normalmente debería estar categorizado en la sección de historia o biografías para adultos."

  • Claude: "Sí, veo un par de cosas que parecen un poco raras. El libro de Franco destaca un poco en la sección de Infantil y Juvenil. Por el título y el autor (Paul Preston es un historiador conocido por sus trabajos sobre Franco), parece un libro más orientado a un público adulto o al menos adolescente mayor, y no tanto infantil y juvenil."

  • Grok: "No veo nada particularmente raro en la imagen. Es una pantalla de una sección de libros infantiles y juveniles en una tienda en línea. Los libros incluyen títulos como Anna Kadabra, Bluey, Los Atrevidos en el bosque mágico, Franco, Peppa Pig, Elige tu propia aventura, Oskar y yo, Los SuperPreguntones, y 99 curiosidades que nadie sabe sobre el fútbol. No noto algo extraño."

¡Ajá! Parece que Grok, la IA de Elon Musk, decidió hacerse la desentendida. Curiosamente, Musk ha sido relacionado recientemente con movimientos de extrema derecha, y tal vez su IA prefiera no meterse en estos temas. O simplemente ha aprendido de su creador a esquivar ciertas discusiones incómodas...

Si bien el error de clasificación en plataformas como eBiblio puede parecer una simple equivocación, este tipo de situaciones nos hace reflexionar sobre la importancia de una correcta curaduría y organización de los contenidos en espacios digitales. Las bibliotecas, físicas o virtuales, tienen la responsabilidad de ofrecer un acceso adecuado a la información para sus usuarios, en especial cuando se trata de un público tan diverso como el infantil y juvenil. Sin una clasificación clara los jóvenes lectores pueden terminar accediendo a contenidos que no solo no son apropiados para su edad, sino que podrían resultarles confusos o, peor aún, perturbadores. Esta reflexión también pone en evidencia la creciente dependencia de las plataformas digitales para acceder a recursos culturales, lo que incrementa la posible necesidad de implementar sistemas más rigurosos de supervisión, para evitar que estos fallos ocurran. Por otro lado, este incidente sirve para poner sobre la mesa un debate más amplio sobre los límites de la clasificación de contenido y la responsabilidad ética de las plataformas digitales. ¿Deberían las bibliotecas virtuales priorizar la protección de los más pequeños frente a la libertad de acceso a la información? ¿Hasta qué punto es correcto limitar el acceso a ciertos temas hasta que los usuarios alcancen una madurez adecuada para comprenderlos? Es evidente que la digitalización ha hecho más fácil que nunca acceder a una vasta cantidad de material, pero también ha generado una serie de desafíos relacionados con la filtración y clasificación de los contenidos. En este contexto, los errores como el de eBiblio podrían ser una llamada de atención para replantear cómo se gestionan estas plataformas y, sobre todo, para asegurar que los niños, sin importar el dispositivo que utilicen, sigan teniendo acceso a lo que realmente les beneficia y les corresponde según su edad y desarrollo.

En definitiva, clasificar libros es un arte y un despiste lo tiene cualquiera. Y no es la primera vez que ocurren errores similares en bibliotecas digitales; de hecho hace unos años una importante tienda online tuvo un problema similar cuando libros de contenido erótico aparecían en la categoría de literatura juvenil.

Mientras tanto, si algún niño busca a Peppa Pig y se encuentra con la historia del franquismo, al menos podrá decir que tuvo una tarde de lectura inesperada.

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